Hasta el infinito... y más allá
Madison Square Park - Empire State - Un poco de frikeo
Después de toda la pateada decidimos descansar un poco en Madison Square Park y observar durante un rato los edificios del Time Life Building. Hay un sitio de frankfurts que debe ser bastante bueno, porque había una cola muy larga de gente. Desafortunadamente, no nos quedamos a esperar.
Como nuestro plan principal para cuando oscureciese era subir al Empire State, decidimos probar suerte de nuevo con mi tema pendiente: la cámara.
Así que subimos de nuevo a B&H... que volvía a estar cerrada. Ante esto, Nekrolite sugirió de pasar por los mayores grandes almacenes del mundo: Macy's.
Lo cierto es que sólo ver el edificio es agotador. Toda una manzana en un solo edificio repleto de ropa... terrorífico.
El caso es que mientras decidí no comprarme ninguna cámara de las que veía, oscureció y nos fuimos hacia el Empire State. Lo primero que hay que decir, es que es carísimo. Vale 20 dólares y sólo puedes subir al mirador del piso 86. Si quieres subir hasta el 102, que es el observatorio, hay que pagar un plus de 15 dólares.
Luego está, que hicimos una hora y media de cola... y finalmente los vigilantes que había nos ofrecieron subir por las escaleras para ahorrarnos la cola. Así que además de la pateada durante el día, subimos la mitad del Empire State. De todas formas, el mirador estaba tan lleno de gente, que apenas podías posicionarte para ver. Y cuando lo hacías... lo hacías a través de unas rejas que apenas podías meter el objetivo de la cámara por ellas. La única forma de tomar buenas fotos era irse a las esquinas y aprovechar las junturas. Realmente no lo recomiendo. Es mucho mejor ir al Top of the Rock (Rockefeller center) como ya explicaré en otra entrada.
De todas formas, el edificio es bonito, y las vistas son muy espectaculares.
Lo que sí que tiene el edificio, es una iluminación si más no, curiosa. Por lo visto cada día el Empire se ilumina con una bandera o un color con su significado.
En nuestro caso, los colores eran el naranja, el blanco y el verde. Lo cierto es que pensé que era la bandera irlandesa, pero por lo visto es la neoyorkina, ya que los días "no especiales" iluminan la torre con la bandera de la ciudad.
Después del chasco que supuso el Empire State Building, decidimos pasear un poco ya tranquilitos... y fuimos a parar a un par de tiendas frikis: Midtown Comics y Forbidden Planet.
En Midtown la verdad es que se centran mucho en cómic americano y novela gráfica, y yo que soy más de manga, pues me faltó un poco de variedad.
Forbidden Planet, además de gigantesca, tenía de todo. No os puedo decir todo lo que me arrepentí de no comprar... además, que todo era más barato que aquí en España, así que necesité de toda mi voluntad para no arrasar en la tienda.
Lo cierto es que la visitaríamos varias veces.
Después de esto, ya volvimos al hostal, no sin antes pasar por el fantástico supermercado al lado para comprarme una cajita con piña (¡que no llegué a acabarme!) y un Montain Dew para Nekrolite, que resultó ser aficionado a ellos.
¡Y hasta aquí el segundo día!
Bye bye!
Como nuestro plan principal para cuando oscureciese era subir al Empire State, decidimos probar suerte de nuevo con mi tema pendiente: la cámara.
Así que subimos de nuevo a B&H... que volvía a estar cerrada. Ante esto, Nekrolite sugirió de pasar por los mayores grandes almacenes del mundo: Macy's.
Lo cierto es que sólo ver el edificio es agotador. Toda una manzana en un solo edificio repleto de ropa... terrorífico.
El caso es que mientras decidí no comprarme ninguna cámara de las que veía, oscureció y nos fuimos hacia el Empire State. Lo primero que hay que decir, es que es carísimo. Vale 20 dólares y sólo puedes subir al mirador del piso 86. Si quieres subir hasta el 102, que es el observatorio, hay que pagar un plus de 15 dólares.
Luego está, que hicimos una hora y media de cola... y finalmente los vigilantes que había nos ofrecieron subir por las escaleras para ahorrarnos la cola. Así que además de la pateada durante el día, subimos la mitad del Empire State. De todas formas, el mirador estaba tan lleno de gente, que apenas podías posicionarte para ver. Y cuando lo hacías... lo hacías a través de unas rejas que apenas podías meter el objetivo de la cámara por ellas. La única forma de tomar buenas fotos era irse a las esquinas y aprovechar las junturas. Realmente no lo recomiendo. Es mucho mejor ir al Top of the Rock (Rockefeller center) como ya explicaré en otra entrada.
De todas formas, el edificio es bonito, y las vistas son muy espectaculares.
Lo que sí que tiene el edificio, es una iluminación si más no, curiosa. Por lo visto cada día el Empire se ilumina con una bandera o un color con su significado.
En nuestro caso, los colores eran el naranja, el blanco y el verde. Lo cierto es que pensé que era la bandera irlandesa, pero por lo visto es la neoyorkina, ya que los días "no especiales" iluminan la torre con la bandera de la ciudad.
Después del chasco que supuso el Empire State Building, decidimos pasear un poco ya tranquilitos... y fuimos a parar a un par de tiendas frikis: Midtown Comics y Forbidden Planet.
En Midtown la verdad es que se centran mucho en cómic americano y novela gráfica, y yo que soy más de manga, pues me faltó un poco de variedad.
Forbidden Planet, además de gigantesca, tenía de todo. No os puedo decir todo lo que me arrepentí de no comprar... además, que todo era más barato que aquí en España, así que necesité de toda mi voluntad para no arrasar en la tienda.
Lo cierto es que la visitaríamos varias veces.
Después de esto, ya volvimos al hostal, no sin antes pasar por el fantástico supermercado al lado para comprarme una cajita con piña (¡que no llegué a acabarme!) y un Montain Dew para Nekrolite, que resultó ser aficionado a ellos.
¡Y hasta aquí el segundo día!
Bye bye!
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