Cámara en mano
B&H Photo - Pier - CityHall - Chinatown - Little Italy - Times Square
El quinto día empezó con un objetivo muy claro. Era lunes, era temprano y B&H tenía que estar abierta. Quería una cámara de fotos y la quería YA.
Es por ello que nada más empezar el día nos plantamos en la tienda. Después de mucho valorar me decidí por una Casio Exilim en azul clarito. Meses más tarde, me dejaría el bolso en un restaurante turco y la cámara se iría con quién se lo llevara... (espero que la estés disfrutando h... de ....). Ejem... Gracias a Nekrolite, ahora tengo una exactamente igual :)
Sobre B&H Photo... es ENORME. Cuando el dólar está bajo (como fue en nuestro caso, que estaba a 0.7€) sale a cuenta comprar cosas en US, ya que en Europa normalmente cambian el precio a 1:1, así que si algo vale 119USD aquí valdrá 119€... aunque en realidad en USA cueste 83€ al cambio (¡casi 40 euros menos!).
Es muy curioso porque la tienda la manejan judíos, todos ataviados adecuadamente y con sus rizos bien arreglados. Es una sensación extraña sentirte TAN guiri. Me pregunto si los neoyorkinos en sí también se sienten así cuando entran. También como curiosidad, para comprar allí primero tienes que pedir el producto, con el papel que te dan, lo pagas, y finalmente lo vas a recoger a una sección (donde curiosamente la mayoría eran latinos) que te lo ponen en la bolsita y ale. Para mí es algo rebuscado este sistema, pero supongo que tienen más control sobre el stock.
Saliendo de B&H nos paramos a mirar el Madison Square Garden. Como íbamos fuera de temporada estaba todo bastante mústio. Aparte de los pósters enormes que anunciaban un concierto de Britney Spears, no había mucho más que mirar.
Una vez feliz con mi nueva cámara, fuimos a ver si podía conseguir entradas para el Rey León... pero como siempre había una cola infernal, por lo que nos dirigimos al Pier. El puerto es muy bonito en sí, y además tiene un centro comercial en el interior con unas vistas magníficas. Es un buen sitio para pasar la mañana mirando veleros o contemplando el mar desde los bancos de la segunda planta.
Allí probé por primera vez un Subway. La verdad es que me gustó mucho, poder escoger el pan y todos los ingredientes... incluso ponerle jalapeños al bocadillo. Me hizo mucha gracia. De todas formas, tenía mejor pinta que algunos que he visto por aquí de la misma cadena.
Casi sin quererlo me "tropecé" con el cartel de otra oficina de Tkts al salir del recinto. Lo cierto es que no había nadie (os recomiendo que no vayáis a la de Times Square sino a esta) por lo que pregunté por entradas para los musicales de Disney. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que los espectáculos de Disney no incluyen descuentos de última hora ni venden sus entradas por Tkts. La única forma de conseguirlas era yendo al teatro directamente o bien por internet. Menudo chasco.
Fuimos hacia Chinatown pasando por el CityHall y descansamos en un parquecito que había enfrente mientras degustábamos otro granizado del Dunkin' Donuts. Como curiosidad, merece la pena ver el edificio de At&t ¡que no tiene ventanas!.
Llegar a Chinatown fue más largo de lo que pensaba. Y teniendo en cuenta que llevaba sandalias ese día, por cambiar, cuando llegamos estaba de bastante mal humor y con ganas de volver al hotel a ponerme mis queridas bambas.
No sé si por eso o porque realmente no tenía más... Chinatown no me gustó nada. A parte de que me pareció sucia de por sí, con todo tirado por la calle y los edificios hechos polvo, nos encontramos un mercadillo de comida... en el que habían más moscas que comida. Con eso lo digo todo.
Little Italy tampoco me causó gran impresión aparte de ser una hilera de restaurantes decoradas con fotos de mafiosos... Da algo de mal rollo... También es curioso ver como todo está adornado con los colores de la bandera italiana.
Después de ver Little Italy decidí que no aguantaba más y me fui al hostal a cambiarme de zapatos. Después volvimos a Times Square a hacer compras.
Es impresionante la cantidad de tiendas de souvenirs que hay por allí... ¡algunas de hasta 3 plantas!
También fui al teatro a ver si quedaban entradas para el Rey León. Efectivamente quedaban pocas... pero de 121USD. Decidí que mejor lo miraría por internet esa misma noche... pero al final se me olvidó mientras intentaba meter los souvenirs en mi minúscula maleta de mano.
Y así se me pasó otro día sin entradas.
Till next time!
Es por ello que nada más empezar el día nos plantamos en la tienda. Después de mucho valorar me decidí por una Casio Exilim en azul clarito. Meses más tarde, me dejaría el bolso en un restaurante turco y la cámara se iría con quién se lo llevara... (espero que la estés disfrutando h... de ....). Ejem... Gracias a Nekrolite, ahora tengo una exactamente igual :)
Sobre B&H Photo... es ENORME. Cuando el dólar está bajo (como fue en nuestro caso, que estaba a 0.7€) sale a cuenta comprar cosas en US, ya que en Europa normalmente cambian el precio a 1:1, así que si algo vale 119USD aquí valdrá 119€... aunque en realidad en USA cueste 83€ al cambio (¡casi 40 euros menos!).
Es muy curioso porque la tienda la manejan judíos, todos ataviados adecuadamente y con sus rizos bien arreglados. Es una sensación extraña sentirte TAN guiri. Me pregunto si los neoyorkinos en sí también se sienten así cuando entran. También como curiosidad, para comprar allí primero tienes que pedir el producto, con el papel que te dan, lo pagas, y finalmente lo vas a recoger a una sección (donde curiosamente la mayoría eran latinos) que te lo ponen en la bolsita y ale. Para mí es algo rebuscado este sistema, pero supongo que tienen más control sobre el stock.
Saliendo de B&H nos paramos a mirar el Madison Square Garden. Como íbamos fuera de temporada estaba todo bastante mústio. Aparte de los pósters enormes que anunciaban un concierto de Britney Spears, no había mucho más que mirar.
Una vez feliz con mi nueva cámara, fuimos a ver si podía conseguir entradas para el Rey León... pero como siempre había una cola infernal, por lo que nos dirigimos al Pier. El puerto es muy bonito en sí, y además tiene un centro comercial en el interior con unas vistas magníficas. Es un buen sitio para pasar la mañana mirando veleros o contemplando el mar desde los bancos de la segunda planta.
Allí probé por primera vez un Subway. La verdad es que me gustó mucho, poder escoger el pan y todos los ingredientes... incluso ponerle jalapeños al bocadillo. Me hizo mucha gracia. De todas formas, tenía mejor pinta que algunos que he visto por aquí de la misma cadena.
Casi sin quererlo me "tropecé" con el cartel de otra oficina de Tkts al salir del recinto. Lo cierto es que no había nadie (os recomiendo que no vayáis a la de Times Square sino a esta) por lo que pregunté por entradas para los musicales de Disney. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que los espectáculos de Disney no incluyen descuentos de última hora ni venden sus entradas por Tkts. La única forma de conseguirlas era yendo al teatro directamente o bien por internet. Menudo chasco.
Fuimos hacia Chinatown pasando por el CityHall y descansamos en un parquecito que había enfrente mientras degustábamos otro granizado del Dunkin' Donuts. Como curiosidad, merece la pena ver el edificio de At&t ¡que no tiene ventanas!.
Llegar a Chinatown fue más largo de lo que pensaba. Y teniendo en cuenta que llevaba sandalias ese día, por cambiar, cuando llegamos estaba de bastante mal humor y con ganas de volver al hotel a ponerme mis queridas bambas.
No sé si por eso o porque realmente no tenía más... Chinatown no me gustó nada. A parte de que me pareció sucia de por sí, con todo tirado por la calle y los edificios hechos polvo, nos encontramos un mercadillo de comida... en el que habían más moscas que comida. Con eso lo digo todo.
Little Italy tampoco me causó gran impresión aparte de ser una hilera de restaurantes decoradas con fotos de mafiosos... Da algo de mal rollo... También es curioso ver como todo está adornado con los colores de la bandera italiana.
Después de ver Little Italy decidí que no aguantaba más y me fui al hostal a cambiarme de zapatos. Después volvimos a Times Square a hacer compras.
Es impresionante la cantidad de tiendas de souvenirs que hay por allí... ¡algunas de hasta 3 plantas!
También fui al teatro a ver si quedaban entradas para el Rey León. Efectivamente quedaban pocas... pero de 121USD. Decidí que mejor lo miraría por internet esa misma noche... pero al final se me olvidó mientras intentaba meter los souvenirs en mi minúscula maleta de mano.
Y así se me pasó otro día sin entradas.
Till next time!
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