Vidas paralelas
Metropolitan Museum of Art - Central Park
El octavo día Nekrolite y yo tomamos caminos diferentes. Supongo que el hecho de haber estado en una ciudad previamente te exime de visitar los museos correspondientes. Como este no era mi caso, me empeñé en ir al Metropolitan. Él decidió ir a tomar fotos por Central Park, pero eso es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión (cuando él decida escribirla, vamos).
Para seguir con la tónica neoyorkina... el Met es gigantesco. Tienen un templo egipcio entero allí metido en una sala particular (lo que debe quedar que no tengan los ingleses). También hay varias reconstrucciones de habitaciones de la era victoriana, así como una magnífica sala con las vistas en 360º de los jardines del palacio de Versailles.
A destacar también las reconstrucciones de claustros, el jardín koreano o la sala de armas. También me gustó mucho la composición de algunas salas, en las que combinaban los tapices de fondo con esculturas y realmente daba muy buen efecto.
Lástima que la parte española estuviese cerrada ese día.
Debo mencionar que un par de vigilantes que me vieron algo apurada poniendo la cámara en lugares insospechados para poder echarme una foto se ofrecieron amablemente a entablar conversación y hacerme las fotos.
El Metropolitan me entretuvo prácticamente toda la mañana y cuando salí estuve a punto de ir a comer. Pero me acordé de que había dejado algo importante que visitar en Central Park el día anterior: las estatuas de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll y la de Hans Christian Andersen. En particular la de Alicia es preciosa. Además del gran nivel de detalle, están prácticamente todos los personajes.
La de Andersen es bastante más sencilla, pero tiene su punto dulce teniendo en cuenta que lo que está leyendo es El Patito Feo.
Metropolitan Museum of Art - Central Park
El octavo día Nekrolite y yo tomamos caminos diferentes. Supongo que el hecho de haber estado en una ciudad previamente te exime de visitar los museos correspondientes. Como este no era mi caso, me empeñé en ir al Metropolitan. Él decidió ir a tomar fotos por Central Park, pero eso es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión (cuando él decida escribirla, vamos).
Para seguir con la tónica neoyorkina... el Met es gigantesco. Tienen un templo egipcio entero allí metido en una sala particular (lo que debe quedar que no tengan los ingleses). También hay varias reconstrucciones de habitaciones de la era victoriana, así como una magnífica sala con las vistas en 360º de los jardines del palacio de Versailles.
A destacar también las reconstrucciones de claustros, el jardín koreano o la sala de armas. También me gustó mucho la composición de algunas salas, en las que combinaban los tapices de fondo con esculturas y realmente daba muy buen efecto.
Lástima que la parte española estuviese cerrada ese día.
Debo mencionar que un par de vigilantes que me vieron algo apurada poniendo la cámara en lugares insospechados para poder echarme una foto se ofrecieron amablemente a entablar conversación y hacerme las fotos.
El Metropolitan me entretuvo prácticamente toda la mañana y cuando salí estuve a punto de ir a comer. Pero me acordé de que había dejado algo importante que visitar en Central Park el día anterior: las estatuas de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll y la de Hans Christian Andersen. En particular la de Alicia es preciosa. Además del gran nivel de detalle, están prácticamente todos los personajes.
La de Andersen es bastante más sencilla, pero tiene su punto dulce teniendo en cuenta que lo que está leyendo es El Patito Feo.
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