miércoles, 19 de agosto de 2009

New York - Día 7 - (1ª Parte)

Central... ¿Park????
Central Park

Se dice que el séptimo día es el día de descanso. Pero nosotros no practicamos esa religión y nos fuimos directos a caminar más por Manhattan. La misión de hoy: ¡Central Park!
Cuando uno oye la palabra "park" automáticamente lo traduce como "parque" y lo define como un "pequeño" y apacible lugar verde dentro de la ciudad. Bien, Central Park no es un "parque"... es un BOSQUE. Os aseguro que podría perderme con total facilidad ahí y no conseguir salir a la ciudad de nuevo. De hecho, Central Park ocupa una sexta parte de la isla de Manhattan. A su lado el Parque Güell es un arbusto.
Aunque lo cierto es que al ser un parque artificial podían hacerlo del tamaño que quisieran, y como reza la tradición neoyorkina "cuanto más grande, mejor".

Fuimos hasta allí en metro, bajamos en la 81st, que es el metro que está al lado del Museo de Historia Natural. Si tenéis la oportunidad de verla, hacedlo. La parada está decorada con mosaicos de animales y dinosaurios. También como curiosidad, en la 14th hay figuritas muy monas mientras subes las escaleras del trasbordo.


Aprovecho las paradas de metro para explicar algo que se me había olvidado. La mayoría de calles de Manhattan (toda la parte central y superior) no tienen nombre, sino número. Puesto que las calles están estructuradas paralela y perpendicularmente, el hecho de que sean números es realmente útil. No tienes que aprenderte el nombre de la calles ni su orden. Si quieres ir a la 81, miras en qué número estás (el 73 por ejemplo) y tiras recto. Si el siguiente es un número menor (72) te has equivocado y tienes que ir hacia el otro lado (74). Lo mismo con las avenidas que cruzan. Si ves que es la cuarta avenida... la siguiente será la quinta, y así sucesivamente. Un éxito para los que carecemos de orientación :)

Antes de adentrarnos en Central Park fuimos a desayunar. Esta vez degustamos los "baggles" (con queso, por supuesto). Son unos panecillos redondos con un agujero en medio. Parecido a los donuts, pero de harina de trigo. Normalmente se abren por la mitad, se tuestan, se untan con algo y se cierran de nuevo a modo de bocadillo. No me parecieron nada del otro mundo, si bien por fin tuve un desayuno más acorde a lo que estoy acostumbrada (tostadas... mmmm).

Entramos a Central Park por el medio. Subimos hasta la 86th para coger el camino nº3 que llegaba al gran lago Reservoir. Como el día anterior había habido una tormenta bastante considerable, muchos árboles estaban derribados y algunas zonas estaban cortadas. Aún así, impresionaba bastante lo bien cuidado que estaba.
Desde el lago Reservoir puede verse una línea de edificios del Upper East Side al otro lado. He de comentar que los laterales de Central Park son la zona preferida de los museos. Están prácticamente todos ahí.


¿Qué hay que ver en Central Park? Pues a parte de poder hacer infinidad de fotos con infrarrojos, pasear por el gusto de pasear, disfrutar de las vistas o ir a correr (hay un carril exclusivo para la gente que va a entrenarse, y está prohibido ir con bicicleta o pararse en medio) hay varios sitios que merece la pena ver.
El primero es el Belvedere Castle. Realmente muy bonito. Está situado algo más abajo del Reservoir, más o menos en línea recta al Museo de Historia Natural. Justo al lado, otra de las grandes atracciones: el Turtle Pond, literalmente, con muchas tortugas tomando el sol con gran parsimonia. Otra cosa que puedes hacer en Central Park es tomar el sol en el césped, sobretodo en la gigantesca explanada del Sheep Meadows.

Lo único que recomiendo es llevarse varias botellas de agua (sobretodo si es verano) ya que el sol pega muy fuerte y además comprarlas allí es bastante caro. Por cierto, los helados que venden por allí están malísimos.
Para un rato romanticón, en The Lake hay barquitas para pasear. Digo romántico porque apenas caben dos personas.

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