miércoles, 13 de octubre de 2010

Berlín - Día 4

Nos levantamos bastante temprano, casi a la vez que abren el comedor para desayunar y nos ponemos en marcha rumbo al Reichstag. Salimos más o menos a las 8 de la mañana por la estación de metro correspondiente a la puerta de Brandemburgo, que esta vez vemos solitaria al no haber nadie a esas horas salvo nosotros, un momento bueno para realizar algunas fotografias.

Eso si, giramos la esquina y tenemos cola para el Reichstag, la misma que la de ayer ¬¬, no conseguimos entrar hasta las 9 y media debido a la cantidad de gente y los controles de seguridad a la entrada, asi que a poner algo de música española en los moviles para amenizar la espera. Entrar es gratis y tienen audioguias en varios idiomas (entre ellos, español) que van funcionando a medida que vas andando por la cúpula de Norman Foster.




El edificio es uno de esos edificios que hacen que obtengas buenas fotos tengas la cámara que tengas.




Además te permitian poder salir por una especie de terraza en el tejado, que te permitia tener unas vistas de la ciudad escandalosas, el césped que se extendia enfrente del Reichstag quedaba en nada en comparación con la cantidad de arboleda del Tiegarten que podia verse desde alli.

Desde cualquier punto del tejado podias ver casi toda la ciudad.

Saliendo ya del Reichstag teniamos al lado el rio Spree, podias montarte en una embarcación y recorrer el rio en una visita guiada, al dia siguiente lo preguntariamos pero se salia por bastante de nuestro presupuesto. En la foto, se puede ver unas cruces blancas en la valla que cerca el rio, estas cruces estaban en multitud de sitios rememorando los que murieron al tratar de cruzar el muro de Berlin por esa zona.

Andamos un rato, saludando a lo largo del rio a los turistas que iban en embarcaciones, euno de los que ibamos empezo a gritar Manolo y todos los turistas saludando desde las barcas xD.

Vemos al poco tiempo una pasteleria donde decidimos desayunar nuevamente y probar tipicos dulces de alli, la pasteleria/cafeteria se llama Café Luise, en la esquina entre Luisenstrasse y Schumannstrasse. Ya habiamos visto con anterioridad que no eran muy caros, por lo que por 5 € pedimos cuatro dulces hermosos a repartir entre los 4 que queriamos probarlos, una pena que no exista por aqui nada parecido, estaban buenisimos, sobretodo el de jengibre.

Una vez ya saciados, nos dirigimos hacia la zona judia, pasando por varios edificios como el Friedrichstadt Palast, donde se hacen espectáculos de variedades en Berlin.



Seguimos andando en busca de una sinagoga, cuando de casualidad nos encontramos con el Tacheles Gallery, cerca de Friedrichstrasse, seguramente la calle más larga de Berlin. La casa okupa más conocida de Berlin que aparece en el reportaje de Planeta Finito de Paco León sobre Berlin, la comentamos dias atras cuando planificabamos el viaje como un sitio que estaria bien verlo, nos lo encontramos por casualidad. El edificio fue utilizado durante la guerra como cárcel de judios, y en 1990 iba a ser derruido ya que aún tenia las secuelas de la segunda guerra mundial, momento en que fue ocupado por distintos artistas para evitar su demolición hasta que fue declarado monumento de interes nacional. Actualmente sigue siendo usado por artistas, en su mayoria pintores, quienes te permitian entrar y ver las obras que cada uno tenia expuestas alli, aunque tampoco sin armar mucho follón ya que no era un sitio que transmitiera seguridad.

Las zonas más comunes estaban bastante abandonadas, aunque sus paredes muestran pinturas y graffitis hechas por los artistas alternativos, mientras que los pisos pertenecientes a cada uno estaban mas cuidados. En la fachada estan puestas banderas de distintos paises cortadas dando lugar a letras que formaban la siguiente frase en inglés: "Each flag is a border". En el patio trasero habia puestos de cerveza y salchicas alemanas.


Seguimos por la misma calle hasta llegar a la sinagoga judia, momento en que descubrimos que esta más protegida que el propio aeropuerto o el parlamento alemán. Podias ver varias cámaras apuntando a la puerta desde distintos ángulos, un puesto de seguridad para detección de metales con varios policias, además de la presencia de una persona dando vueltas por la calle en las cercanias de la entrada con un pinganillo en el oido (como las peliculas).

Conseguimos entrar todos, y casi de milagro, porque uno de los compañeros de viaje llevaba un cuchillo de los de untar mantequilla para la hora de hacer los bocadillos, asi que el detector de metales pito y tuvo que sacar el cuchillo, aun asi lo dejaron entrar aunque con muchas pegas. Luego el descuento con la tarjeta ISIC ridiculo, te valia 1.50 € y el descuento era de 0.50 €. Lo peor de todo era cuando te dabas cuenta que habias pagado para subir una escalera larga hasta la cúpula de la sinagoga que andaba pintada de blanco por dentro entera (esa era la visita). Lo único salvable era poder hacer fotos por los ventanales donde habia buenas vistas, cosa totalmente prohibida ya que existian multitud de cámaras en los tejados ¬¬. Total, nos sentimos estafados.

Seguimos moviendonos por el barrio judio, donde nos encontramos con cementerios judios que sirven de homenaje para las victimas del holocausto, entre ellas se encuentra la tumba de Moses Mendelssohn, un filosofo judio aleman del siglo XVIII.

Por dichas calles encontramos tiendas tipicas donde se vendia variedades inmesas de cerveza, o de muñecos de madera. Yendo por una de esas calles, llegamos a una iglesia protestante (no habia ninguna figura de cristo ni la virgen), donde lo que mas nos sorprende no es la iglesia, sino el edificio que se encontraba al lado con restos de metralla, seguramente de la segunda guerra mundial.


Pocos minutos después, llegamos a un parque donde al lado tenemos una tienda donde venden una grandisima variedad de cerveza y absenta, por lo que compramos unas cuantas cervezas y sacamos nuestros bocadillos del dia a dia para comer en el parque. Alli en Berlin, los bancos en los parques sirven para que la gente lea o simplemente contemple el paisaje y se ponga a pensar, por lo que les era extraño ver a gente comiendo alli.

Una vez que terminamos de comer, finalmente decidimos que tenemos tiempo para poder ver el campo de concentración de Sachsenhausen, a las afueras de Berlin (30-40 km de Berlin). Tenias que coger el metro (habiendo comprado el billete para la zona C), y luego pegarte una caminata desde la estación de unos 30-40 minutos hasta llegar alli, ya que el campo se encuentra a las afueras de Oranienburg que a su vez esta a las afueras de Berlin. La entrada es gratuita aunque si quieres audioguia te cuesta unos 7 euros creo recordar, habia en español por lo que las cogemos para que nos vayamos enterando de que es cada sitio o que representa.

Alli el silencio se cortaba, solamente interrumpido por el sonido de vez en cuando de los cuervos (alli en Berlin, hay gorriones, palomas y sobretodo cuervos), que te producia una intranquilidad, acompañado de las explicaciones por la audioguia de las atrozidades que habian hecho en cada uno de los sitios: celdas, cámaras de gas, sala de autopsias, crematorios, zonas de fusilamiento, fosas comunes, zonas de castigo, fabricas de calzado, armamento y falsificación de moneda....
Nada más llegar alli ves una gran explanada, gigantesca con algunos edificios, luego te enteras a través de un mapa, que esa gran explanada estaba llena de barracones. Hubo también españoles en este campo de concentración, el más conocido fue Francisco Largo Caballero, presidente de la II República Española durante de la guerra civil.

Creo recordar que cerraban a las 7, por lo que salimos de alli atardeciendo. Volvemos a la estación de metro comentando lo que habiamos visto, rumbo al hostal. Aunque finalmente decidimos a pararnos en otro trozo del muro existente en Berneuer Strasse, zona donde se conmemora aquellas personas que murieron al intentar atravesar el muro.

Alli se encuentra un monumento en el que se pueden ver las caras de aquellos que murieron al intentar atravesarlo, entre ellos la de un niño.

La verdad que todos estos monumentos estan bastante bien explicados, con videos, fotografias, paneles,...

La noche ya es bastante cerrada por lo que tampoco podemos ver con mucha claridad las cosas, por lo que finalmente volvemos a nuestro hostal a descansar hasta la mañana siguiente, donde iriamos a la isla de los museos y al Berliner Dom.

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